Carlos Zanón
Esa tontería llamada amor

EL AMOR Y LA MUERTE son imprevisibles e indomables. Inevitables. Ni todo el dinero o el poder del mundo puede evitar tu muerte. Puedes tener a tu servicio los mejores médicos, alargar tu vida, pero llega el momento y hasta David Bowie se muere. Tampoco puedes comprar el amor. Puedes acceder al cuerpo, a la intimidad de otro, de muchos otros, comprar carne y mentiras sofisticadas, pero que te amen no está en el mercado. Tampoco forzarte a amar.
ROMÁNTICO, CRISTIANO Y CONSUMIDOR
De todos los movimientos culturales y sociales, el Romanticismo ha sido, junto al cristianismo y el capitalismo, el que mejor ha vendido su producto. Desde el si- glo xviii hasta nuestros días, mutando y cada vez más fuerte, caprichoso e infantil, la principal estrella del Romanticismo, el Amor en su variante irracional, intuitivo, tan sanador como destructivo, se ha comportado como una de esas bestias malvadas de la Factoría Marvel que en cada ataque se hacen más fuertes y peligrosas. Todos los envites de sus enemigos —ya sean racionales, empiristas, hippies, comunistas o cínicos— no han hecho sino hacerlo más fuerte y joven, adaptando y adoptando lo mejor de las armas esgrimidas contra él.
¿Qué es la posverdad sino el triunfo de la emoción sobre la inteligencia, la interpretación subjetiva de los hechos imponiéndose sobre los hechos mismos? ¿Y el nacionalismo de tripas? ¿O aquellos que dicen saber qué palpita en el corazón del pueblo, la pureza de lo emocional que distingue, sin ningún género de dudas, entre lo justo y lo injusto? ¿Qué hay, en muchas ocasiones, debajo de los escombros de la violencia machista sino la pira en la que arde el amor romántico que se topa con el realismo, el reparto capitalista de la convivencia, la intervención quirúrgica de la justicia, todo ello frente al abismo de enfrentarte a un rechazo que el asesino identifica con el final de su contrato con Dios, con el relato de su destino, con el fin de una vida insoportable en que, como Sansón, la única opción es derribar el Templo y que muera el mundo?…